Buenas a todos. La verdad es que no sé ni por dónde empezar... Hace casi diez años empecé este proyecto de intento de blogger con toda la ilusión del mundo en un momento en el que no lo estaba pasando nada bien. Era muy joven y no sabía para nada de lo que iba la vida, pero eso es otro tema que abordaremos más adelante... El maquillaje, la cosmética, la moda... eran cosas que me apasionaban, me motivaban y me hacían feliz, por eso me abrí paso en esta plataforma tal y como pude. 

Huelga decir que este blog nunca fue una prioridad en mi vida, nunca intenté vivir de redes sociales ni ser influencer porque es algo que no era un objetivo en mi vida, pero me gustaba todo esto y el blog me ha dado muchas alegrías y también, lo más importante, gracias a esto de ser blogger tengo a una persona que hoy en día y después de tantos años, considero que es fundamental en mi vida, y es mi amiga Susana. Con ella he pasado esta travesía que sí, hoy parece que llega a su fin.

Y digo parece porque nunca se sabe. Yo no sé qué voy a hacer después, cuales serán mis gustos dentro de tres, cinco, diez años. Sólo sé que a día de hoy, todo lo que he mencionado arriba ya no me apasiona ni me interesa como antes. 

La vida son etapas. Y yo creo que una de ellas, de la que este blog forma parte, la tengo que cerrar. No me malinterpretéis (o mejor dicho, dejadme que me explique mejor), me sigue gustando el maquillaje. Pero no como antes. El otro día, al entrar en mi habitación del maquillaje, me di cuenta de que tenía un montón de paletas, de productos, que llevaba años sin usar, que nos las iba a usar jamás y tuve LA REVELACION: no quiero acumular tantas cosas. No las uso, no uso ni la mitad de la mitad, y quiero dedicar el poco espacio del que dispongo a otras cosas. Así que he comenzado a deshacerme de un montón de ellas. 

Y hablando de mi habitación del maquillaje... Durante años soñé con ella. En 2020 nos compramos un piso con toda la ilusión del mundo. Lo arreglamos y nos mudamos a él en 2022. Apañé la habitación que mi bendito marido me dejó que escogiera para mí (antes que escoger él su habitación gamer), la de más luz de la casa, con un enorme armario empotrado hecho a mi gusto... y eso fue todo. Ni siquiera he llegado a comprar todos lo muebles que para ella elegí allá por finales de julio de 2022, cuando estaba en el, ahora sí, peor momento de mi vida. En noviembre, pasó a ser habitación de maquillaje y habitación de estudiar, porque a mis 33 años, he empezado a estudiar de nuevo. Así que el sueño no se ha acabado. El sueño, simplemente, se ha transformado.

Esto era algo que quería hacer hacía mucho tiempo, nunca encontraba el momento y me pareció que después de la muerte de mi hermana, era dar el paso ideal. Tengo trabajo, tengo casa, tengo todo lo material que alguna vez he podido desear (no soy persona de grandes deseos monetarios, así que tampoco es tanto), tengo, en definitiva, una vida (casi) hecha (aunque esto jamás puede afirmarse). Y encontré otra cosa con la que apasionarme, con la que llevaba medio soñando mucho tiempo y que nunca me atrevía a hacer. 

Mi vida no es como antes. Puede que siga haciendo muchas de las mismas cosas, pero yo no soy igual. He cambiado, he evolucionado. La muerte de mi hermana, lo que más quiero, he querido y querré en el mundo, ha supuesto todo un revulsivo. De repente han dejado de importar cientos de cosas, y ahora lo único que me importa es ser feliz. La he perdido a ella y junto con ella, he perdido el miedo. Yo siempre hago de mi capa un sayo y hasta de lo terrible que está siendo, saco algo bueno y positivo. Ahora quiero disfrutar de la vida, viajar, ser feliz, estudiar algo que me apasione...

Lo cierto es que desde hace ya mucho tiempo, no siento ganas de sentarme a escribir cosas para el blog. No siento ganas de compartir en redes sociales. No siento ganas de recibir productos y hacerles fotos. Me sigue gustando el maquillaje, pero me sigue gustando para mí. Hace poco recibí la Naked 3 de Urban Decay. Hacía años que la quería. Cuando abrí el blog, al poco, estuvo muy de moda. A mí siempre me gustó. Pues cuando preparé el escritorio, el aro de luz, la cámara, para sacarle fotos... Lo retiré todo porque realmente, no lo quería hacer. Quería abrirla, jugar con ella y maquillarme, pero no compartirla. Simplemente porque ya no tengo interés más que en hacer lo que de verdad me apetece.

Hace tiempo que veía que yo no era la de antes. Perdí mucha ilusión por esto en 2017. Hasta ahora, he intentado mantenerlo. Cuando en enero de 2022 le diagnosticaron cáncer a mi hermana, pensé en cerrar. Decidí quedarme por si esto suponía una ayuda, pero realmente me di cuenta que no estaba interesada en recibirla. Aún así continué. Hasta hoy. No os miento si os digo que estoy escribiendo esto y tengo lágrimas en los ojos. No sé qué pasará después. No sé si voy a volver algún día, no sé si con el mismo, si con otro o si he dado carpetazo a los blogs para siempre, por eso no voy a eliminar el blog. No quiero perder este trabajo que tantas horas y esfuerzos me ha costado. Quiero que todo el contenido que he creado siga ahí. Pero hasta aquí ha llegado mi aventura. 

No me queda más que dejaros saber mi profundo agradecimiento a todos los que me habéis leído, comentado. A todos los que habéis estado para mí y habéis hecho esto posible. Me llevo buenos recuerdos, me llevo de esto a Susana, una de mis mejores amigas desde hace más de diez años. Cuánto hemos atravesado juntas las dos... Toda la vida estaré agradecida por haberla encontrado. Y por haber descubierto un mundo en el que fui feliz durante mucho tiempo. 

Pero el final también es parte del viaje. Y hasta aquí ha llegado el mío. Muchas gracias, y hasta siempre.